Los Ángeles, San Francisco, Portland, Minneapolis, Nantucket, Freeport, Miami Beach, Washington, Seattle, Takoma Park y Nueva York. Estas son algunas de las ciudades de Estados Unidos que han prohibido ya sea parcial o completamente el uso del poliestireno, conocido en nuestro país como “foam”; una abreviación de su nombre en inglés, styrofoam.
¿Qué lo hace tan malo?
Este material fue inventado por Otis Ray McIntire en 1941, y se puede moldear y obtener cualquier forma, siendo muy popular para realizar envases de comida para llevar. El problema es que resulta sumamente dañino para el medio ambiente.
Producir este material contamina mucho el aire. Además está el hecho de que los químicos con los que está hecho, pueden reaccionar una vez entran en contacto con calor o sustancias ácidas, así que si un vaso de foam es usado para una sopa o un chocolate caliente, puede estar liberando sustancias tóxicas.
Se encuentran cada vez más animales muertos con restos de foam en los intestinos, con bloqueos letales provocados por este material. Esto también es muy preocupante, porque muchos peces que ingieren poliestireno pueden acabar siendo consumidos por humanos.
Es prácticamente imposible de reciclar. Por la manera en la que se fabrica, es muy difícil y costoso darle otra forma al foam una vez ha sido moldeado, así que reutilizarlo no es nada práctico.
Otra razón (y tal vez la de más peso) es que no es biodegradable. Puede deshacerse en pedazos más pequeños, pero los científicos calculan que tarda más de 500 años (sí leíste bien, QUINIENTOS) en desintegrarse realmente. Eso quiere decir, que si en el Descubrimiento de América hubiese habido vasos de foam, todavía los estaríamos encontrando.
¿Qué puedes hacer?
– Lleva tu propios envases a los sitios cuando vayas a pedir comida para llevar
– Pide envases de papel o de cartón
– ¡Movilízate! ¿En la cafetería de tu escuela usan foam? Habla con tus compañeros para proponer alternativas; y cuéntale a todos los que conozcas lo dañino que es el foam.